Horror Ilustrado
Eerie, la otra revista de horror pilar del sello Warren Pub. Co., fue gestada en septiembre de 1965 en apenas veinte horas debido a la presión ejercida por otro editor que quería poner en circulación ese mismo título. Warren editó una suerte de facsímile confeccionado con reediciones de Creepy y lo registró sin ponerlo en circulación (la colección comenzó por el número 2). Las ventas no acompañaron a Eerie en los primeros números, que a veces se nutrieron de reediciones de material con apenas un año de antigüedad. Warren tuvo que superar un escollo aún más elevado: la distribución, que gestionaba Independent News (la misma distribuidora de Playboy y Mad), y que por tratarse de una división de National Publications / DC planteaba problemas sobre la libre competencia. Además, en 1963, todavía resultaba enojoso para los vendedores y los distribuidores verse identificados con elementos relativos al horror, debido a la presencia “orwelliana” del Comics Code, y algunos consideraron insano (“unhealthly” es el calificativo empleado) por sus contenidos. No en vano, la Parent Teacher Associations calificó directamente como pornográficos los productos de Warren
Eerie dedicó sus primeros números a adaptar cuentos clásicos de Poe, Derleth y relatos clásicos del horror en la literatura, que dibujaron toda suerte de autores de diferentes nacionalidades: el británico Allan Willow, el argentino Carlos Garzón, el español Víctor de la Fuente, quien fue autor de la historieta “I am dead, Egypt, dead” (escrita por Doug Moench), y que abrió las puertas de esta revista al resto de colaboradores hispanos, como José Rubio, Mascaró, Luis M. Roca, Rafael Auraleón, Espí... Eerie se caracterizó por publicar seriales de aventuras protagonizados bien por héroes que luchan contra el horror, bien por monstruos que luchan por algún tipo de justicia, muchos de los cuales fueron dibujados por autores procedentes de España: Prince Targo y The Mummy Walks (por Brocal), Dax the Warrior (por Maroto), Curse of the Werewolf (por Salvador), Schreck (por Alcázar), Dr. Archaeus (por Isidro Monés), The Rook (por Bermejo), Coffin y Goblin (ambos de Ortiz). Estos seriales aventureros y otros (Terminador One, The Kid, Darklon the Mystic) se apoyaban fundamentalmente en el rescate de algún mito clásico –en muchos casos, Sísifo o Prometeo- revistiéndole con la costra del horror
En el tramo final de ambas publicaciones, se observa un mayor acercamiento a otros ambientes para desarrollar el estremecimiento, hacia lo extraordinario no fantástico o hacia la crónica negra o truculenta (un ejemplo: la saga Samurai, de Hama / Mayerik). Esto se potencia claramente en la publicación imitativa de la revista Heavy Metal titulada por Warren 1984 (cuyo número 1 data de 1978), revista de ciencia ficción seudofestiva, casi paródica, repleta de historietas de space opera trepidante tintada de erotismo y con mucho dibujante filipino y español. En el encarte central se ofreció Mutant World, de Corben, último canto al Apocalipsis post atómico, que fascinó a los lectores del mundo en la primera mitad de los años ochenta, sobre todo a los españoles en el llamado boom del cómic. Resultó llamativo que también ofreciera mucha fantasía heroica, como los seriales Ghita de Alizarr, de Thorne, Herma, de J. González o Haxtur, de De la Fuente.
De modo similar puede analizarse The Rook (revista que Warren lanza en octubre de 1979), con historietas de DuBay sobre héroes turbios, malditos, como Buck Blaster, Tin Man, y héroes bárbaros como el Voltar, de Alcalá, o el Vicking Prince, de Ortiz En la línea de interés incrementado por el género negro, o thriller, cabe mencionar el rescate editorial que Warren hizo de The Spirit (con título propio a partir de abril de 1974), uno de los mejores cómics de género negro de todos los tiempos.
Ahora les obsequio 4 portadas para descargar las historias. Pero antes deben descargar este programa y después ya podrán bajar las revistas

